El día de hoy, 1º de octubre, entra en vigor el nuevo etiquetado frontal de advertencia en alimentos y bebidas preenvasados. Los nuevos sellos octagonales han detonado conversaciones que son necesarias en el contexto de la emergencia epidemiológica por obesidad y diabetes que vive México, y muchas, muchas preguntas que abordaremos en las siguientes entradas de este blog.

Lo primero que debemos saber sobre el nuevo sistema de etiquetado es que se encuentra respaldado por un marco jurídico sólido. Este es la Ley General de Salud[1], que en 2019 (hace un año para ser precisos), fue modificada para establecer que los sistemas de información en el frente de los empaques de alimentos y bebidas, debe ser claro, veraz, sencillo, visible, y de rápida y fácil comprensión los consumidores. Esta modificación en la Ley General de Salud, señala que el etiquetado debe alertar en particular sobre los nutrimentos críticos (sobre los que hablaremos a continuación), así como cualquier otro ingrediente que pudiera causar daños en la salud o llevar a la población a un sobreconsumo malsano.

En este sentido, las modificaciones que recientemente se realizaron en la NOM 051[2], cumplen con lo señalado en la LGS. Es importante resaltar que este proceso se llevó a consulta pública, y durante semanas, se recibieron miles de comentarios de diferentes sectores. Además, durante las mesas de trabajo se contó con una participación plural de asociaciones de la sociedad civil, industrias, academia, organismos internacionales, sociedades médicas y de nutrición, y agentes del estado mexicano (a diferencia de los procesos anteriores de normalización, en los que la industria de alimentos y bebidas acaparó la redacción de la norma, dando como resultado el engañoso y poco claro GDA[3]).

Pero vamos por pasos: ¿Cuáles son los elementos de esta Norma que debemos tomar en cuenta para conocer el nuevo etiquetado?

  • Objetivo y Campo de Aplicación:

Esta Norma Oficial Mexicana tiene por objeto establecer la información comercial y sanitaria que debe contener el etiquetado del producto preenvasado destinado al consumidor final, de fabricación nacional o extranjera, comercializado en territorio nacional, así como determinar las características de dicha información y establecer un sistema de etiquetado frontal, el cual debe advertir de forma clara y veraz sobre el contenido de nutrimentos críticos e ingredientes que representan riesgos para su salud en un consumo excesivo.

Esto significa que la norma será aplicable únicamente a alimentos y bebidas preenvasados que se destinan al consumidor final, es decir que los productos a granel, alimentos y bebidas preparados al momento, e ingredientes destinados a la venta directa a productores de la industria de alimentos y bebidas, no portarán este tipo de etiquetas.

  • Sellos de advertencia: Estos octágonos negros forman parte del nuevo sistema de etiquetado frontal. En total podrás encontrar hasta 5 octágonos diferentes.

  1. Exceso Calorías: Las calorías son una unidad de medida de la anergía que nos puede aportar un alimento. En diferentes estudios realizados en población mexicana, se ha evidenciado que la cantidad de calorías que debe consumir al día (tanto adultos como niños) es desconocida por el grueso de la población o bien, existe una tendencia a sobreestimar la cantidad que debería ser consumida. Lo cierto es que las calorías no son un indicador directo de la calidad de un alimento, pues se ha comprobado que la fuente de dichas calorías es mucho más relevante. Por ejemplo: una dieta alta en calorías provenientes de bebidas azucaradas, tiene efectos dañinos en la salud, en comparación con una dieta cuyas calorías provienen de cereales, granos, semillas, verduras, frutas o leguminosas.

Para conocer si el exceso de calorías de un producto viene de un nutrimento crítico, el resto de los sellos será extremadamente útil.

  • Exceso sodio:  Se estima que, a nivel mundial, aproximadamente 17,8 millones de personas son afectadas por enfermedades cardiovasculares cada año. Es decir, alrededor del 32% de todas las muertes registradas en el mundo. En México el escenario es similar. Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte de acuerdo con estadísticas del INEGI. La hipertensión arterial es un factor de riesgo importante (si no es que el principal) de las enfermedades cardiovasculares, en especial de los ataques cardiacos y los accidentes cerebrovasculares. La evidencia científica es clara al especificar que la reducción de la ingesta de sodio reduciría significativamente la tensión arterial en los adultos. Tradicionalmente, pensamos que basta con poner menos sal en nuestros alimentos, sin embargo, el sodio no solo se encuentra en la sal de mesa, sino también en los productos ultraprocesados (y en cantidades mucho mayores).

Por ello, la Organización Mundial de la Salud, recomienda reducir la ingesta de sodio a menos de 2 g/día (es decir, aproximadamente 5 g/día de sal).[4]

  • Exceso grasas trans: Las grasas trans, o ácidos grasos trans, son ácidos grasos insaturados que se encuentran tanto en fuentes naturales como industrializadas. Las grasas trans naturales se encuentran en productos de origen animal (particulaemente rumiantes como las vacas), mientras que las grasas trans de producción industrial se obtienen al hidrogenar parcialmente a un aceite vegetal, transformandolo de líquido a sólido. ¿Por qué son importantes? La OMS calcula que se pueden atribuir aproximadamente 540 000 defunciones cada año a la ingesta de ácidos grasos trans de producción industrial. La ingesta de grasas trans aumenta en un 34% el riesgo de muerte por cualquier causa, en un 28% la mortalidad por una cardiopatía coronaria, y en un 21% las aparición de cardiopatías coronarias. ¿La razón? Las grasas trans aumentan la concentración del colesterol LDL (conocido comúnmente como “colesterol malo”) y disminuyen la concentración del colesterol HDL (“colesterol bueno”). Además, no existe ningún efectos benéfico conocido de las grasas trans industriales, por lo que la OMS incluso ha puesto en marcha un paquete de acciones llamado REPLACE para eliminarlas por completo de las cadenas de producción de alimentos a nivel global.[5]
  • Exceso grasas saturadas: Estas grasas se encuentran principalmente en los alimentos de origen animal (como la carne roja y los productos lácteos), pero también se pueden encontrar en las comidas fritas y en muchos productos envasados. Estas grasas también contribuyen a la elevación del colesterol LDL (“colesterol malo”) y con ello, se puede esperar un riesgo incrementado de enfermedades coronarias. Este tipo de grasas suelen ser sólidas a temperatura ambiente en los alimentos naturales (como la grasa de la carne), sin embargo, cuando se encuentra en productos ultraprocesados, su presencia no es evidente, por lo que una etiqueta sencilla nos ayudará a identificar su presencia.
  • Exceso azúcares[6]: La organización mundial de la Salud ha prestado especial atención a los efectos documentados para la salud que produce la ingesta de azúcares añadidos. Es decir, monosacáridos y disacáridos añadidos a los alimentos por los fabricantes, ya que estos se relacionan con un riesgo elevado de caries dental, incremento del peso corporal, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y gestacional, y enfermedades cardiovasculares. En México, el consumo de azúcares añadidos es elevado, y su principal fuente son las bebidas azucaradas industrializadas, como los refrescos y los jugos de caja, por lo que este sello cobra una especial importancia para proteger nuestra salud. Además, debemos recordar que nuestro país tiene una elevada tasa de diabetes tipo 2 y complicaciones derivadas del descontrol de la glucosa en sangre. Estas complicaciones incluyen ceguera, amputaciones, e insuficiencia renal. Finalmente, los fallecimientos causados por la diabetes y sus complicaciones ya supera las 100,000 muertes anuales en el país. ¡Reducir significativamente el consumo de estos azucares traería efectos positivos para nuestra salud!
  • Leyendas Precautorias ¡Evitar en niños!

  • Contiene Edulcorantes:

El consumo de edulcorantes entre la población infantil carece de suficientes estudios para saber si su consumo sostenido o excesivo es seguro o metabólicamente inerte, de hecho, en estudios recientes realizados en el Hospital Infantil de México Federico Gómez[7], se concluyó que un ingesta entre los menores no es recomendable y no ayuda a evitar o controlar la ganancia de peso. Lo que si se sabe es que el paladar de los niños y niñas pequeñas, es sumamente vulnerable al condicionamiento y habituación de los sabores que se perciben durante esta etapa. Es decir, los niños que consumen más sabores dulces, tienen mayor probabilidad de gustar de ellos durante el resto de su vida y no gustar de otros sabores con “menor dulzor”[8]. Esto es considerablemente preocupante, ya que, a pesar de que muchos edulcorantes no aportan calorías, si pueden acostumbrar a los más pequeños a buscar el consumo de alimentos extremadamente dulces para satisfacer su gusto. Además, estos niños y niñas, podrían tener mayor dificultad para consumir frutas, verduras, agua, semillas y otros alimentos con sabores menos intensos (o menos hiper-palatables).[9] Debido a que la infancia es una etapa formativa y de desarrollo, los hábitos alimentarios saludables, deben ser priorizados[10], y estos no podrán ser alcanzados fácilmente con estos edulcorantes presentes en la mayoría de los productos que consumimos.

  • Contiene Cafeína

El consumo de cafeína no es recomendado para la población infantil en guía alimentaria alguna. Además, este estimulante del sistema nervioso central (cafeína) puede ocasionar episodios de hiperactividad, dolores de cabeza, arritmias cardiacas y adicción entre los niños y niñas[11], por lo que se recomienda que su consumo sea evitado. Además, el consumo de cafeína puede alterar los ciclos de sueño[12] de los menores de edad. Durante estos ciclos de sueño, se liberan hormonas fundamentales para el crecimiento físico y el desarrollo pleno. Por lo tanto, las bebidas como los refrescos, que la contienen en cantidades elevadas (además de ser sobre consumidas), pueden alterar estos periodos naturales de descanso tan necesarios para un futuro sano.

Vale la pena resaltar que este sistema de etiquetado cuenta con el respaldo de OPS, UNICEF, FAO, y organizaciones como WCRF y World Obesity Federation, ya que ha sido diseñado por expertos en salud pública, y recientemente el grupo intersecretarial de Naciones Unidas sobre Enfermedades No Transmisibles (UNIATF) ha premiado a México por la implementación de esta medida.

Desde luego, los etiquetados claros deben formar parte de una estrategia integral para la prevención de la obesidad. Las autoridades de salud deben seguir trabajando rumbo a la implementación de regulaciones sólidas sobre la publicidad de productos chatarra dirigida a niños y niñas, el acceso al agua y los alimentos saludables, el incremento de impuestos especiales en bebidas azucaradas, la promoción y protección de la lactancia materna, el fomento de la activación física y la difusión de campañas de orientación nutricional para que el destino de millones de mexicanos, especialmente los niños y niñas, tengan un futuro saludable y libre de entornos que detonan enfermedades crónicas. Hay mucho por hacer, ¡pero este paso representa un enorme avance rumbo a aquel futuro!

En nuestra siguiente entrega hablaremos sobre otros elementos de la NOM 051 que  cambiarán para ayudar a los consumidores a elegir productos con menos sellos y así mejorar la calidad de su dieta.


[1][1] DOF. DECRETO POR EL QUE SE REFORMAN Y ADICIONAN DIVERSAS DISPOSICIONES DE LA LEY GENERAL DE SALUD, EN MATERIA DE SOBREPESO, OBESIDAD Y DE ETIQUETADO DE ALIMENTOS Y BEBIDAS NO ALCOHÓLICAS.

https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5578283&fecha=08/11/2019

[2] MODIFICACIÓN a la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010

https://www.dof.gob.mx/2020/SEECO/NOM_051.pdf

[3] Tolentino-Mayo L, Rincón-Gallardo Patiño S, Bahena-Espina L, Ríos V, Barquera S. Conocimiento y uso del etiquetado nutrimental de alimentos y bebidas industrializados en México. Salud Publica Mex 2018;60:328-337. https://doi.org/10.21149/8825

Disponible en: https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2016/doctos/analiticos/EtiquetadoNutrimental.pdf

[4] Guideline: sodium intake for adults and children. Disponible en: https://www.who.int/publications/i/item/9789241504836

[5] REPLACE trans fats. WHO Fact Sheet. Disponible en: https://www.who.int/docs/default-source/documents/replace-transfats/replace-trans-fat-faqs331b821c4f1542b28167753ecbeaa85c94e740a158a74af193f18bc5df2ba448.pdf?Status=Temp&sfvrsn=956d171f_18#:~:text=REPLACE%20(por%20su%20acr%C3%B3nimo%20en,en%20el%20suministro%20de%20alimentos.

[6] Directriz de Ingesta de Azúcares en adultos y niños. OMS. Disponible en: https://www.who.int/nutrition/publications/guidelines/sugars_intake/es/

[7] Postura del Hospital Infantil de México Federico Gómez sobre la ingesta de edulcorantes en niños, niñas y adolescentes. (2019) Disponible en: https://www.insp.mx/resources/images/stories/2020/docs/200904_carta_himfg.pdf

[8][8]Elevated and sustained desire for sweet taste in African-Americans: a potential factor in the development of obesity

https://doi.org/10.1016/S0899-9007(00)00403-2

[9] The development of childhood dietary preferences and their implications for later adult health (2009). Disponible en: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1467-3010.2009.01784.x

[10] Food Flavour as Influence Factor for Balanced Diet for Children. Disponible en: https://doisrpska.nub.rs/index.php/qualitiyoflife/article/view/6142

[11] Caffeine Effects on Learning, Performance, and Anxiety in Normal School-Age Children. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0890856709641848

[12] Effects of caffeine on sleep and cognition

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/B9780444538178000062