Hace ocho años entró en vigor en México el impuesto a refrescos y bebidas azucaradas. Con la aplicación de esta política, enero de 2014 fue un parteaguas para la prevención de la obesidad en nuestro país, pues implicó que las autoridades reconocieran los altos costos a la salud del consumo excesivo de bebidas azucaradas, y decidieran actuaran al respecto. Así, a pesar de la fuerte oposición de la industria, se logró la implementación de un Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de un peso por litro a bebidas no alcohólicas con azúcar añadida.

La adopción del impuesto fue celebrada a nivel internacional, así como replicada y mejorada por otras regiones, debido a que se trata de una de las políticas más costo-efectivas para reducir la demanda de refrescos y bebidas azucaradas.(1) De acuerdo al Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), al segundo año de su implementación las compras de estos productos disminuyeron en un 7.6%, mientras que aumentó el consumo de agua natural y bebidas sin impuesto.(2) Los resultados son alentadores en un país donde el consumo de bebidas azucaradas provoca anualmente la muerte de más de 40 mil personas cada año (3), así como el 12.1% de las muertes asociadas con diabetes, enfermedad cardiovascular y cáncer secundario a obesidad.(2)

Con el propósito de mantener a lo largo de los años el efecto positivo del IEPS, la Secretaría de Hacienda determinó someterlo a una actualización anual conforme a la inflación acumulada. Por ello, desde 2018 el impuesto ha tenido un aumento gradual, para llegar a ser establecido en 2022 con un monto de $1.39 pesos por litro.(4) Con la reducción en el consumo de refrescos y bebidas azucaradas, estudios del INSP han proyectado que para este año, el impuesto habría contribuido a reducir la obesidad en 2.5%, prevenir 20,000 casos de enfermedad cardiovascular y 189,000 casos de diabetes.(2)

Debido a sus efectos positivos, el impuesto ha sido una de las políticas de salud pública más atacadas y obstaculizadas por la industria refresquera y de bebidas azucaradas. Para desestimar sus efectos, desalentar su fortalecimiento, e impedir su adopción en otros países, la industria ha desplegado de manera permanente estrategias que van desde pagar por estudios que pongan en duda los resultados favorables del impuesto (5), hasta difundir argumentos falsos sobre sus efectos desde un evidente conflicto de interés.(6)

Desde hace ocho años la industria ha reutilizando los mismos ataques para desdeñar la efectividad del impuesto a bebidas azucaradas. Continúa insistiendo, por ejemplo, que no ha servido para disminuir la obesidad, cuando la evidencia científica es clara al señalar que ninguna política por sí sola logrará revertir en un corto periodo de tiempo una condición multifactorial como la obesidad, sino que es necesaria la adopción de un conjunto integral de política, cuyos resultados positivos sólo podrán ser observados a largo plazo.(7)

La industria refresquera también ha utilizado la situación de las personas que viven en pobreza para atacar al impuesto argumentando que son el grupo de la población al que más afecta. Sin embargo, la misma industria omite en reconocer que quienes viven en situación de pobreza son perjudicados de forma desmedida por las consecuencias económicas y de deterioro a la salud que conlleva el consumo de estas bebidas.(8,9) Al mismo tiempo, la industria encubre que desde hace décadas ha aprovechado las condiciones de vulnerabilidad de las comunidades para perpetuar en ellas la excesiva disponibilidad y consumo de sus productos.(10)

Los efectos favorables del impuesto a bebidas azucaradas en México y en el mundo justifican su manutención e incremento. De acuerdo a recomendaciones internacionales, el impuesto debe alcanzar por lo menos el 20% para potenciar su eficacia en la prevención de la obesidad y las enfermedades no transmisibles.(11) En este sentido, resulta crucial avanzar en el fortalecimiento de esta política para garantizar los mayores beneficios a la salud de la población, así como para destinar lo recaudado a la creación de entornos alimentarios saludables que amplíen el acceso al agua simple para beber.

La población de México ha sido una de las más perjudicadas por la excesiva disponibilidad y consumo de bebidas azucaradas, así como por la manera en que la industria refresquera ha lucrado con la falta de regulación para beneficiar sus intereses comerciales. Por ello, este enero de 2022 celebramos que hace ocho años nuestro país tomó la decisión de cambiar el rumbo. Pues como ha dicho Walter Willet, director del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, “el precio del refresco debe reflejar los costos a la salud que representan las consecuencias de su consumo”. (12)

Bibliografía

1) Alianza por la Salud Alimentaria. Destapando la verdad: el impuesto a bebidas azucaradas en México funciona. 2016. Disponible en: https://elpoderdelconsumidor.org/wp-content/uploads/2017/08/hoja-informativa-asa-el-impuesto-funciona.pdf

2) Barrientos-Gutiérrez T, Colchero MA, Sánchez-Romero LM, Batis C, Rivera-Dommarco J. Posicionamiento sobre los impuestos a alimentos no básicos densamente energéticos y bebidas azucaradas. Salud Publica Mex. 2018;60:586-591.https://doi.org/10.21149/9534

3) Braverman-Bronstein A, Camacho-García-Formentí D, Zepeda-Tello R. et al. Mortality attributable to sugar sweetened beverages consumption in Mexico: an update. Int J Obes. 2020. 44: 1341–1349

4) DOF. Acuerdo por el que se actualizan las cuotas que se especifican en materia del impuesto especial sobre producción y servicios para 2022. 2021. Disponible en: https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5639152&fecha=23/12/2021

5) PopLab. Científicos a sueldo de la industria lanzan estudios para desacreditar el impuesto a bebidas azucaradas en México. 2021. Disponible en: t.ly/S0mmq

6) Coalición ContraPESO. Impacto positivo del impuesto a bebidas especial sobre producción y servicios (IEPS) a las bebidas azucaradas. 2016. Disponible en: https://coalicioncontrapeso.org/pdf/IMPACTO-POSITIVO-IEPS-BEBIDAS-AZUCARADAS_FINAL.pdf

7) OPS/OMS. La tributación de las bebidas azucaradas en la Región de las Américas. 2021. Disponible en: https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/53562/9789275323007_eng.pdf

8) Coalición ContraPESO. Impuestos saludables. 2020. Disponible en: https://coalicioncontrapeso.org/pdf/20200724_BebidasAzucaradasPB.pdf

9) Alianza por la Salud Alimentaria. Impuesto saludable. Disponible en: https://impuestosaludable.org/

 10) The New York Times. En una ciudad con poco agua, la Coca-Cola y la diabetes se multiplican. 2018. Disponible en: https://www.nytimes.com/es/2018/07/16/espanol/america-latina/chiapas-coca-cola-diabetes-agua.html

11) INSP. Impuesto al refresco. 2013. Disponible en: https://www.insp.mx/epppo/blog/2946-imp-refresco.html

12) INSP. Impuestos a los refrescos: estrategia para la prevención de obesidad. Disponible en: https://www.insp.mx/epppo/blog/2824-impuestos-refrescos-estrategia-prevencion-obesidad.html